2.3.2 Litósfera
La litosfera es la parte más externa de la superficie de la Tierra o la corteza.
Es la zona externa de la Tierra, que consiste en material de roca rígida.
Se encuentra en la parte superior de la astenosfera, que es de 60 - 150 kilómetros de profundidad en la tierra, y consiste en una capa suave, plástica de roca.
La litosfera contiene varias láminas grandes llamadas placas litosféricas que son capaces de moverse sobre la capa suave de la astenosfera.
Estas placas pueden ser tan grandes como los continentes, y son capaces de moverse de forma independiente de las otras placas. Es el movimiento de estas placas, que causa los terremotos.
La litosfera es de gran importancia para el funcionamiento de los ecosistemas. Proporciona una base sobre la cual el suelo, las plantas y los animales viven, y contiene muchos minerales y elementos que son importantes para el desarrollo humano.
Los seres humanos han utilizado elementos de la litosfera (tales como oro, aluminio y granito) para producir bienes.
Sin embargo, la escala en que los seres humanos hoy en día perforan en la litosfera es mucho mayor de lo que ha sido históricamente, y esta actividad está comenzando a tener impacto en el funcionamiento de los ecosistemas.
El propósito de muchas minas es perforar en la litosfera con el fin de aprovechar los yacimientos minerales y de extracción de recursos.
Hay dos técnicas de excavación principales: minería a cielo abierto y minería de subsuelo.
De las dos técnicas diferentes, la minería de superficie es la más común, un 85% de los minerales en los Estados Unidos se extraen de esta manera.
La minería de superficie se lleva a cabo mediante la eliminación de la superficie de toda la vegetación, la suciedad y rocas que están cubriendo los depósitos de mineral a extraer.
La minería de subsuelo consiste en la perforación en la tierra para llegar a los depósitos de mineral.
Sin embargo, las actividades mineras pueden tener graves impactos sobre el medio ambiente si no se toman medidas apropiadas.
En particular, la minería de superficie puede resultar en la pérdida de hábitat para muchos animales y plantas y reducir la biodiversidad.
Las actividades mineras también contribuyen a la deforestación mundial, que como hemos comentado, contribuye al cambio climático.
Además, las actividades mineras a menudo dejan residuos, que básicamente contiene todo el material de los residuos no utilizados de la mina.
Estos a menudo pueden ser altamente tóxicos y perjudiciales para la fauna local.
Aunque se intenta evitar la contaminación en los ecosistemas naturales, las fallas ocurren, y a veces material tóxico se abre paso en los ríos y lagos, y en los cuerpos de los animales (incluso seres humanos).
Las medidas ambientales a menudo son olvidadas en el sector minero, sin embargo, con la creciente preocupación por la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad, muchas organizaciones han tratado de mantener a los países y las empresas mineras responsables de sus acciones.
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